lunes, 28 de diciembre de 2009

AQUELLAS NAVIDADES

Éramos pobres aún,
pero la Navidad tenía
aquel duro sabor de las almendras,
aquella magia nívea de la harina
sobre el belén de cartón y el musgo fresco
y aquel dulce calor de la familia.

Éramos pobres aún.
Y los años pendían en racimos de las doce
madurando las cosechas del futuro,
en el fulgor dorado de las uvas
un mundo apenas entrevisto
latía bajo el frío ya de enero.

Éramos pobres aún.
Aún los Reyes en la triste ventana de la vida
donde volaban ángeles y estrellas,
campanas y una tímida sonrisa,
dejaban escarchados los zapatos
para jugar, de nuevo, sin juguetes.

Éramos pobres aún aquellas navidades.
Vendrían luego otras más pudientes,
opulentas si quieres, pues tiramos
tantas cosas y casas por ventanas
que seguimos siendo pobres,
opulentamente pobres.

viernes, 25 de diciembre de 2009

NAVIDAD

Diciembre en su desnudez
muestra, heladas, sus entrañas.
Por los senderos del miedo
donde recias botas braman
roja boca de fusiles
la libertad amordaza.
La muerte ronda hospitales,
famélicos cuerpos; danza
macabra de hambre y de frío
bajo la noche ultrajada.
Soledad lava su rostro
con la sangre de sus lágrimas.
Negros caminos sin nieve
persiguiendo su mañana
ángeles desnudos corren
por barriadas aledañas.
Muchachas de muslos vírgenes
San José lleva en las barbas.
Caridad de blancos pechos
tiene la leche cortada.
Niño Amor muere sin tregua
entre muchedumbres gárrulas.
Albos caminos pintados
la hipocresía avanza,
¡qué cascabeles de oro!,
¡qué relucientes espadas!,
¡qué descansado mirar
desde altivas atalayas!
Colman las mesas del mundo
palomas, cisnes, calandrias.
La Tierra siente en su piel
las siete espinas clavadas.
Equidad, fraternos pechos,
tiene la leche enfrentada.
Diciembre en su desnudez
muestra, heladas, sus entrañas.