lunes, 28 de diciembre de 2009

AQUELLAS NAVIDADES

Éramos pobres aún,
pero la Navidad tenía
aquel duro sabor de las almendras,
aquella magia nívea de la harina
sobre el belén de cartón y el musgo fresco
y aquel dulce calor de la familia.

Éramos pobres aún.
Y los años pendían en racimos de las doce
madurando las cosechas del futuro,
en el fulgor dorado de las uvas
un mundo apenas entrevisto
latía bajo el frío ya de enero.

Éramos pobres aún.
Aún los Reyes en la triste ventana de la vida
donde volaban ángeles y estrellas,
campanas y una tímida sonrisa,
dejaban escarchados los zapatos
para jugar, de nuevo, sin juguetes.

Éramos pobres aún aquellas navidades.
Vendrían luego otras más pudientes,
opulentas si quieres, pues tiramos
tantas cosas y casas por ventanas
que seguimos siendo pobres,
opulentamente pobres.

viernes, 25 de diciembre de 2009

NAVIDAD

Diciembre en su desnudez
muestra, heladas, sus entrañas.
Por los senderos del miedo
donde recias botas braman
roja boca de fusiles
la libertad amordaza.
La muerte ronda hospitales,
famélicos cuerpos; danza
macabra de hambre y de frío
bajo la noche ultrajada.
Soledad lava su rostro
con la sangre de sus lágrimas.
Negros caminos sin nieve
persiguiendo su mañana
ángeles desnudos corren
por barriadas aledañas.
Muchachas de muslos vírgenes
San José lleva en las barbas.
Caridad de blancos pechos
tiene la leche cortada.
Niño Amor muere sin tregua
entre muchedumbres gárrulas.
Albos caminos pintados
la hipocresía avanza,
¡qué cascabeles de oro!,
¡qué relucientes espadas!,
¡qué descansado mirar
desde altivas atalayas!
Colman las mesas del mundo
palomas, cisnes, calandrias.
La Tierra siente en su piel
las siete espinas clavadas.
Equidad, fraternos pechos,
tiene la leche enfrentada.
Diciembre en su desnudez
muestra, heladas, sus entrañas.

domingo, 22 de noviembre de 2009

MEMORIA Y OLVIDO

Es un pozo con agua la memoria:
agua vertical donde cada molécula es un pensamiento en sombra
y el recuerdo aflora al quebrar una piedra
la profunda paz concéntrica,
agua donde naufraga un insecto o idea,
donde flota, ajeno a olas, un trozo de madera,
espejo sin azogue de una luna de olvidos,
igual, pero distinta, al agua de los ríos,
herida entraña donde dormitan lluvias
y ocultas algas sueñan auroras y liturgias,
esencia para el hombre –materia que recuerda-
cuando olvidar, dormir, morir, es vivir sobre la tierra.


Y duele recordar lo vivido o soñado
cuando los rostros cambian y cambian los lugares,
y los principios inmutables no son tan inmutables
- hasta las matemáticas mudan su vestido a diario.-
A veces es más dulce vivir sin un pasado.
Duermen en la paz arrinconadas guerras, odios enconados,
porque hay un impulso ancestral que nos obliga
cuando un alba de amor un resquicio ilumina
del alma descarnada, del ser contradictorio,
a olvidar rencores y oscuros episodios,
por vivir, tan sólo por vivir como viven las flores,
por morir, tan sólo por morir como mueren los hombres.

viernes, 25 de septiembre de 2009

OTOÑO

La tarde cenicienta se arrebuja
en papeles y viento.
Babel en movimiento.
En un aspirador vuela la bruja.
Perfilan las aceras
árboles de marchitas calaveras.
Se arraciman los años
en ososos sarmientos errabundos.
En los soles profundos
hay un eco dormido de rebaños

viernes, 18 de septiembre de 2009

ANIVERSARIO

(Casi sin darme cuenta esta mañana he cumplido 53 años)

Yo tenía, mirad de mis dedos el agua,
en las manos un río,
un murmullo ya eterno desde el brico primero,
peces de plata de sol en un salto continuo.
¡Cuántas historias de hojas los álamos viejos
dejaban caer en las aguas y un frío
de muerte pasaba! ¡Cuánto sol, cuánto viento!
¡Cuánta lluvia y mar! ¡Ay, el destino!
Yo tenía, mirad entre mis dedos el polvo,
en las manos un río.

domingo, 16 de agosto de 2009

LAS TARDES TENDIDAS

Suelo tender la tarde desde mi ventana al olvido de los días azules.
Y poner a secar mis poemas mojados.
Y mirar donde el mar es recuerdo en los ojos antiguos del cielo.
Y contemplar como asciende lentamente el humo
que le sobra al fuego de mis dedos.
Y sorber todo el aire que admiten mis pulmones,
todo el aire que expulso para inevitablemente asfixiarme un día.
Suelo sentarme en la estela de barcos que no vuelven.
Y mecerme en la cuerda trenzada por el vuelo de las golondrinas.
Tiendo a recordar lo no vivido y olvidar lo cercano, quizás por anodino.
A soñar que sueño, que todo importa algo, aunque nada importe ya.
A no creer en nada que pueda ser creíble.
A reír inocente como ríen los niños.
A llorar y llorar, llorar sin llanto
porque no laven las lágrimas el dolor que me cubre.
Y suelo escribir, a veces, palabras sin pulmones
que vuelan por el aire, el aire enrarecido
donde naufraga, en las tardes tendidas, el fulgor del ocaso.

jueves, 2 de julio de 2009

ÁLAMOS, OLMOS

El viento de primavera
aplauso múltiple arranca
al pasar como una blanca
presencia que os sedujera,
cálido temblor en espera
del destino que os ofrece
desnudez para los fríos.
Álamos, olmos, de ríos,
de parques, de amor, parece
que el aire en vosotros crece.

viernes, 26 de junio de 2009

TAN SÓLO SOLEDAD

La luna tiene ojos penetrantes, oscuros.
Sondea los volcanes y los pozos sin fondo
que guardan en la Tierra girones de su carne.
Es una diosa antigua impregnada de brea.

La Tierra tiene hogueras que adoran a la luna.
Desde un rincón oscuro los ídolos de arcilla
intentan la salida airosa por el Tiempo.
Pero hay polvo en el viento que rodea al planeta.

Los muertos y los dioses conducen por el cielo
una barca sin río hacia un ignorado norte.
Peregrinos de arcilla colmamos el periplo:
eternidad la noche, perennidad el día.

Pasan las primaveras, los hombres y sus obras
bajo el reloj de sombra, misterioso, sediento,
que conoce el secreto que ignoran los mortales.
pasa tu savia suave tan lejos de mi savia…

El tiempo es una mano de un gigante dormido,
inmóvil contra el cielo de un sueño reposado
o agitada en la cima de un turbulento sueño.
El tiempo es una mano y es un hombro la vida.





Una barca sin río mi existencia conduce.
Es tu amor tan distante un gigante dormido.
Estos versos que escribo son piedra de mi honda.
Barquitos de papel a tu océano lanzo.

Pero no quedan lábios o nidos de los besos,
pero no queda luna o mar de mi naufragio,
pero no queda tierra o lecho sin espuma,
pero no queda arcilla o libro de mi pena…

Tan sólo soledad y un grito que no sale
del corazón tan roto. Tan sólo soledad
y un profundo abismo bajo el cielo de plomo.
La soledad tan sólo para sentirme vivo.

lunes, 1 de junio de 2009

LA SOMBRA DE LA ENCINA

I
Tu sombra para todos
que pasan a tu lado,
aunque te digan árbol
o, sin verte siquiera,
no detengan sus pasos.

II
Porque no llueve y sopla el viento
tienen polvo las encinas.

III
Qué dura para el hacha
y qué bien arde
la leña de la encina.

IV
Bajo las acacias yo.
-Me quiere, no me quiere.
Recuerdo, no recuerdo.
Olvido, olvido siempre.-

Cabe la encina tú.
-Amor. Recuerdo. Nunca olvido.-

V
¡Ah, miradme perdiendo las palabras!
Quisiera ser encina
por no perder nunca la sombra.

VI
Sabor tiene la noche de tu cuerpo
a sueño entretejido –luna, bruma-,
confiada y dormida encina dura,
enorme y detenida bajo el viento.

VII
El mundo está bien hecho. Y la tarde
no se rompe al crepúsculo. Y la vida
es un viento que crece entre tus ramas.

VIII
Sol y sombra. Silencio
para escuchar al viento
que llega por un camino de juncos
levantando gemidos verdes
y se vuelve gris en las copas
de las encinas.

IX
Redonda como un mundo
la sombra.
Densa cual universo
la encina.

X
El anciano arrastra su larga
sombra cargada de años.
La vieja encina abre su inmensa
sombra poblada de años.

XI
Y tienes en tu sombra
heridas de balas,
heridas de amor,
heridas de tiempo…

XII
La aurora ha madurado:
ya es sol de mediodía
posado sobre tus ramas.

XIII
Y es que en los días de invierno
sobre si mismas las tardes
se ovillan, se recogen, buscan el sol
y el corazón de la encina.

XIV
Sombra apenas, encina muerta.
¿Qué queda en el tronco seco,
qué hojas, savia o viento?
Sólo un nido donde espera
sorprender a la muerte tanta vida.

XV
Detrás de cada sombra, cada sueño,
cada mar, cada muerte,
cada labio perdido
hubo sol, vida, amor, la gota inerte
del rocio. Hubo besos. Hubo olvido.

XVI
Me a-
petece
buscar
la sombra
de la encina.

XVII
Encinas que no me cobijasteis,
¡cómo recuerdo vuestra sombra!
Versos que no leeré,
¡os llevo en las sombras del alma!
Amores que nunca tuve,
¡sois sombra en sueños para mis dedos!

viernes, 22 de mayo de 2009

CUANDO SE HACE EL AMOR

Cuando se hace el amor
ala en reposo, nido, estancia, lecho,
ademán espontáneo,
palabras repetidas
que nunca nos oímos,
besos, pasión, deseo,
oleaje en la piel llena de peces,
irrealidad tangible,
desnudez tan sincera
que el corazón tocamos con la mano…

Cuando el amor da forma
horizontal al mundo
que habitamos y somos,
entidad y sustancia
de carne y fuego casi eternizados,
penumbra luminosa
para mirar de frente
a los dioses dormidos
que sueñan este instante
por nosotros creado cuerpo a cuerpo…

Cuando el amor nos sume
en el mar verdadero,
en un vuelo de viento
-un cigarro, una mano
blandamente cayendo,
un beso deslizado
desde el azul del cielo…-,
eres aún mujer de carne y hueso,
eres una ilusión aún dormida
y, aún, esperanza de otros días…

Pero luego, lejana, sólo tiempo.
Pero luego, cenizas, fuego apagado
en hogares oscuros sin espejos.

sábado, 18 de abril de 2009

FELICIDAD

Que remontas tu vuelo
breve pájaro alígero
dibujando en las manos
lacerante vacío.

Que he sentido tu agua
de mis dedos sin nidos
escapar inclemente
como escapan los ríos.

Que he gozado la dicha,
en tu aire prendido,
de estrechar en mis brazos
tu breve sol esquivo.

Que grabaste un instante
intenso, loco, efímero,
en mi torso desnudo
con labios femeninos.

Que fundiste mis sueños,
enervado delirio
en oro azul de noches,
en crisol repentino.

Que te has ido y que vuelves
cuando miro abatido
tu cintura alejarse
entre brumas y vino.

Felicidad, mil nombres
en mis tardes te digo.
Fugitivo relámpago,
me recuerdas que vivo.

viernes, 10 de abril de 2009

SEMANA SANTA

¡Ay dolor, dolor sin lágrimas!
¡Ay amor, amor inmenso!
¡Aquellas tardes de asombro,
aquellos ojos abiertos,
aquel profundo temor,
aquel niño, aquel silencio!

Fuera yo aquel niño cuando las sombras crecían
y decían las campanas, mudas, la voz de los muertos.
“A los Santos Oficios, a los Santos Oficios.”
Zumbaba la carraca
Dios ha muerto, ha muerto Cristo
(de nuevo)
Fuera yo aquel asombro, aquel temor interrogante,
fuera yo tan pequeño bajo los mantos morados, bajo el vozarrón de los padres,
bajo el chisporrotear de los cirios entre los hoscos semblantes y rezos,
me dijeran:
“tú eres pecado, has matado a Cristo.”
Fuera yo tan pequeño…
“Fueron los judíos quienes te mataron, ellos son los malos.”
Las mujeres iban con sus velos negros, los hombres muy serios,
el cura salmodiaba rezos en latín,
la humedad y los cirios de efluvios plagaban la atmósfera,
el pueblo era todo, todo un cementerio
¡Ay mi pueblo castellano, procesión de Viernes Santo!
¡Ay aquel niño arrepentido de pecados que nunca cometiera,
aquel asustado niño,
aquel granito de arena tras de las cruces sintiendo
que soplaban en su espalda las ánimas de todos los muertos!
¡Escalofríos del niño que yo fuera
esperando que se rasgaran los velos,
que las tumbas se abrieran,
que temblara la tierra mientras Jesús conducía
aquella procesión de sombras, frío y yerto!

domingo, 5 de abril de 2009

INFANCIA

Al alba alborea el albar,
agujas vestidas de escarcha
-cristales y lágrimas- alzan
en clara mañana su afán.

Yo tuve una infancia pequeña,
cubrían las aguas del Duero,
cual cubren los años mi pelo,
memorias de piedras y arenas.

Yo tuve una infancia de arcilla,
de pinos, de sol, de caminos,
lejanos alcores dormidos,
un pueblo de adobes, y espigas.

Yo tuve una infancia de nube
que vaga en el cielo despierto…
Hoy tengo cenizas, recuerdo
de un fuego dormido en su lumbre.

Memoria, recuerdo, centella,
¡qué llama temblando en la vista!,
¡qué tiempo cansado, resina
de pinos que el alba clarea!

viernes, 20 de marzo de 2009

CASA

Mantén la puerta abierta
pero las ventanas no:
por la puerta entra el amor,
el odio por las ventanas.

Mantén la puerta cerrada
y las ventanas abiertas,
por ellas entra la vida
y la muerte por la puerta.

domingo, 15 de marzo de 2009

ROMANCE VERDE

Verde que te quiero verde (F.G.L.)

Verde de corpiños verdes (G.D.)




Verde, verde. Todo es verde.
Verde, Federico, el viento.
El río verde, Gerardo.

Verde, verde. Todo es verde.
Con mis ojos verde veo
porque los tuyos son verdes.
Verde, mujer, es tu cuerpo
y verde lo quiero yo
bajo el verde, verde abeto.
Sobre el verdegal temprano
morderé tus verdes pechos
y me iré poniendo verde
entre tus muslos verdejos.
Y tus ojos -¿verdemar,
verdegay, verdinegros?-
se ocultarán en la noche
tremulante de mis dedos
y gritaré, liberado
de tu mirar verdefuego.
El verderón en su rama
canta su verde embeleso
y mi boca, verdiseca,
está conquistando un beso
del verdor inmaculado
de tus labios verdetiempo.

Verde, verde. Todo es verde.
Verde vivo, verde siento
y verde de dicha verde
en mi mundo verde muero.
Nubes verdeceledón
yo por mortaja requiero,
cirios, lutos y guitarras
verdesol para mi entierro,
verdascas y risas verdes,
tierra verde sobre el cuerpo
que mi alma verde vuela
donde más verde es el cielo,
bañada en verde esperanza
se va alejando del suelo.
Sobre el verdín de mi tumba
Verdemontaña es el viento.

domingo, 8 de marzo de 2009

DE DONDE NACE EL VIENTO

Una vaga conciencia
de siglos en mi sangre,
de olas milenarias
y vientos siderales,
de muertes y de vidas,
tengo, y de paisajes
que nunca he vislumbrado,
y una luna sin cráteres.
Yo he sido muchas veces
y vuelvo por buscarte,
porque estaba metido,
incrustado en mi carne
como cristal fulgente
el sueño de tu imagen.
Yo soy de muchas veces:
de pasadas edades
perdidas y sombrías,
de pueblos abismales,
de la noche del fuego,
de primarias deidades
que dejaron grabados
sus pasos minerales.
Y siempre te he buscado
- y he llegado a encontrarte,
difuminada siempre.
vestida de otra carne-
para vivir el tiempo
que inundaba mi sangre,
morir, nacer, buscar
tu cuerpo de esta tarde.

De donde nace el viento,
donde la noche sabe
a cristales de estrellas,
caminos siderales,
caracolas dormidas
de inexpugnables mares
venimos, verdeciendo
los más profundos valles.
Venimos de la noche,
del misterio insondable,
del sueño más recóndito,
del vientre de la madre
oscura y tenebrosa.
Mujer sobre la tarde,
¿te has parado a pensarlo?,
¿te atreves a mirarte
en el espejo negro,
ves tu esencial imagen
en tus ojos cerrados?
Amada mía, amante,
somos seres telúricos
que sobre la tierra arden.
Hay un pacto de siglos
cumplido en este instante.
Venimos de la noche,
del misterio entrañable.
Estamos en la aurora
del beso y de la sangre.
Es concreto tu cuerpo
y tu viento es palpable,
tus senos, tus caderas,
tus labios terrenales.
El mundo en ti es tangible
porque el mundo es tu carne.
Y tangible es el viento,
y tangibles las aves
que vuelan de los labios,
tangible es el carácter,
sin lugar y sin nombres,
eterno, de este instante,
es el verbo que pongo
desnudo, inquebrantable,
al hecho de querernos,
de amarnos esta tarde
con la fuerza terrena,
cósmica de la sangre,
de la lluvia y el viento
que en nuestras venas caben.

domingo, 1 de marzo de 2009

ORÍGENES

Yo vengo de una luz que quiebra en los alcores
su espacio y se hace viento azul de lejanía.
A un lado el pinar y el monte con encinas,
al otro el Duero avanza con su escolta de álamos.
El páramo luce sus yesos más vivaces,
los campos cultivados en el otoño se abren
y el campanario alza su voz y su cigüeña.
Yo vengo de una tierra, si pobre, bien vestida,
de sol, de primavera, de flores y de risas,
y, cuando manda el viento, de hojas y más hojas,
donde la arcilla guarda límpida y fresca el agua,
alma o tiempo de un pueblo que bebe, mira y calla.
Mi estirpe es mesetaria, sus pasos mil caminos
abrieron sobre el polvo, el polvo que hoy los cubre,
erigieron en piedra su espíritu de nube,
de cumbre entresoñada allende la llanura,
me dejaron el fuego en las noches de invierno,
un libro de arreboles escrito por el viento
y el suelo castigado donde el esfuerzo arraiga.
Ya todo lo he perdido, las paredes de barro,
la entraña de la encina herida por el rayo,
la tarde precursora de una noche de luna
desnuda por el río y la clara mañana
despertando a la vida con un agua en la cara.
Y en mi memoria busco el origen más próximo,
el mar que reconozco me acercará al primero
y hará de mi presente algún día recuerdos.
Por eso cuando tengas mi vida ante tus ojos
tendrás también la historia de un mundo que agoniza,
de un mundo que abandono por mirarme en tu risa,
cobardía de amor que, sin saberlo, absuelves.

domingo, 22 de febrero de 2009

Y SI DE VERDAD FUERA

Y si de verdad fuera
-que tanto lo dudo- poeta,
¿en qué nardo de luna te escribiera?,
¿en qué cansada arena
te dejara la impronta de mi huella?,
¿en qué encina guardara
mi recio corazón en desbandada?,
¿en qué viento de amor edificara?,
¿qué noche, y vida, y casa
para tu pie tejiera en cada palma?

miércoles, 18 de febrero de 2009

SOLEDAD


Que por el monte de Venus 

margos sátiros vienen,

lánguida lluvia de tardes, 

núbil soledad de peines, 

ristes dedos de muchacha

que la colina descienden. 

Borra el viento los contornos

y dibuja palafrenes

desbocados Fantasía.

¿Quién dibujará en tu frente

corazones de amaranto?

¿Quién segará trigo verde?

Fríos labios del espejo

besan tus labios calientes.

El río desnudo abraza

una cintura de sierpe.

Estallando en la penumbra

volcán de pechos y vientres

penetra por las ventanas.

En la casa nadie duerme.

Vagan muñecas sonámbulas,

de chocolate los dientes,

en la noche de desvanes.

Y gimen por las paredes

canciones cojas y ciegas

sin nadie que las recuerde.

Qué cuerpos crepusculares,

cuerpos de nunca que vuelven

por el cielo y por las ramas,

en tus pupilas rebeldes.

Qué profundidad nocturna

se viene por los parterres.

Qué frescor llama a tus venas.

Corre, corre, corre, vente

que la luna quiere amarte.

Corre, corre, corre, vete,

vienen mujeres preñadas.

Sólo piedras pare el vientre,

rocas grises sin consuelo,

nubarrones de las sienes.

Piedras, nubes, piedras.

Piedras y esa alegría demente

de nuestro fluír repetido,

alegría de las fuentes.

Soledad, lava tu rostro

con ceniza de los viernes,

libra tu cuerpo nocturno.

Soledad, que bien me quieres,

qué bien conozco tu nombre,

nombre de alfalfa y de nieve,

urdimbre de nada y viento

hecha de lluvia y de siempre.

Con el torso de la tarde

acorazado de gente

recorro tu cuerpo romo

herido de larga muerte.

 

De “Siete romances de nombre amargo y un romance sin nombre”

lunes, 16 de febrero de 2009

ROMANCE INSOMNE

 

¡Ay que no puedo dormir,

que la luna no me deja!

¡Ay que no puedo dormir!

¡Cómo brillan las estrellas!

¡Ay que no puedo dormir!

¡Su canto el grillo no cesa!

¡Ay que no puedo dormir,

que mi alma tiene una pena!

 

En la noche de verano

ni viento ni brisa queda,

muerta el agua del arroyo,

¿quién se llevará mi pena?

sábado, 14 de febrero de 2009

POR MIRARTE A LOS OJOS

                                                      

                                                  A Felicidad

Por mirarte a los ojos he perdido
la vida que me dieron un verano,
por mirarte a los ojos que sustentan
cárceles por pestañas muero preso.

No cubrirá mis huesos tierra alguna
que no haya sido hollada por tu planta,
que el sereno mirar tuyo no sea
no buscarán mis ojos otro cielo.

Felicidad, te adoro y te lo digo
como te dije amor con otros nombres
que ocultaban el tuyo, en otras bocas

ávidas de la tuya siempre idéntica,
con otros ojos fijos en tus ojos
creadores de vida en los océanos.

sábado, 7 de febrero de 2009

PROPÓSITOS

Pasión por la lectura

Aprendí a leer antes de acudir a la escuela. Mi hermana, con vocación de maestra, me enseñó a hacerlo en su enciclopedia Álvarez, libro que, más adelante leí casi por completo.
Leía todo lo que caía en mis manos, los escasos libros que había en el hogar, periódicos y revistas atrasados, libros de texto, tebeos... Las letras eran mis mejores jugetes, leía sin medida ni descanso. Cuando íbamos de visita, lo primero que miraba era si había algo para leer en la casa y pasaba el tiempo con un libro, una revista o un tebeo entre las manos, me leí la biblia casi entera y me gustaba ir a la casa donde mi hermana trabajaba en Valladolid para bucear en el primer diccionario enciclopedico que conocí. Mi padre decía que tanto leer me sorbería el seso.

Y la escritura

Pero ocurrió que le tome gusto a escribir. En la escuela primero y en el colegio después, el maestro y los sucesivos profesores de lengua y literatura, ponían mis redacciones como ejemplo y me alentaban a leer y escribir. A los once años publicaron en Bilbao, en la revista del centro regido por los hermanos gabrielistas donde estudiaba, mi primer trabajo impreso, elegido entre todos los alumnos de primero de bachillerato. Me sentía escritor. Y comencé a soñar.
Pero la vida me llevó por otros derroteros.

La poesía

A los catorce años comencé a escribir poesía. Un compañero de clase me enseñó un cuaderno con sus poemas y yo pensé que podía hacerlo mejor que él. Y, poco poco, le fuí tomando aficción. Leí a Lorca, a Machado, a Juan Ramón, a Miguel Hernández, entre otros, conseguí algún libro de preceptiva literaria y escribí sin descanso en hojas sueltas, en cuadernos. Publiqué por primera vez mis versos en el Diario Regional de Valladolid y, a los 18 años, di mi primer recital poético en la Casa de Cervantes de la aquella ciudad castellana. Me sentía poeta y quise publicar un libro del que conservo el prólogo que, amablemente, escribió Carmen Isabel Santamaría del Rey. Pero la poesía, entonces como ahora, no vendía y si uno quería publicar, tenía que costearse la edición, cosa que en aquellos momentos no me podía permitir.
Fue en Barcelona, años después, 1979, cuando vio la luz "Orto", mi primer libro y en 1989, "De donde nace el viento", segundo y último libro editado. Desde entonces he seguido escribiendo, buscando mi lugar dentro del panorama poético, publicando de manera esporádica y dispersa, dejándome vencer a veces por el desaliento y la desidia.

Acerca de este blog

En 2006, comencé un blog, un verso como el pan de cada día, en el que pretendía dar a conocer mi trabajo poético. Ahora lo completo con éste en el que iré publicando los poemas de mis libros, junto a otros inéditos, para mantener viva la llama que encendí hace tantos años en las tierras castellanas donde mi ojos se abrieron a la luz y a la poesía.
Espero no defraudar a los ocasionales lectores.